El animal que está devastando el girasol de Pajares de Adaja es un chinche, según explican desde la Junta de Castilla y León. Es un insecto invasor que estaba oculto en la colza y que después de la cosecha ha pasado a los girasoles, aunque en Zamora y Salamanca también ha acabado con árboles frutales.
Francisco Gil, jefe de servicio territorial de Agricultura de la Junta de Castilla y León, explica que no es una plaga generalizada, sino que afecta a las tierras que se ubican junto a la colza, por lo que considera que las pérdidas no serán cuantiosas. Se da la circunstancia de que el cultivo de la colza ha crecido mucho en los últimos años en la Moraña. Al no ser una plaga generalizada los agricultores deberán correr con los costes de este destrozo, que deja la planta negra y casi muerta, según explican desde la Junta.
Además este tipo de chinche echa en la planta una especie de melaza, según explica Roberto Fernández, jefe accidental de la sección de Sanidad y Producción Vegetal.
El técnico indica que desde la administración se ha recomendado a los agricultores que utilicen productos fitosanitarios para acabar con esta plaga y frenar sus efectos, que se están viendo incrementados por la situación climatológica de este caluroso mes de septiembre. La otra opción es esperar a que llegue el invierno, bajen las temperaturas y los chinches hibernen y no sigan extendiéndose. Pero parece que la bajada de las temperaturas por ahora no va a llegar.
Fernández explica, también, que aunque se usen estos productos fitosanitarios para frenan la expansión de los chinches, los girasoles que no han sido atacados se podrán cosechar después sin problemas.