El Defensor del Pueblo, Francisco Fernández Marugán, ha admitido a trámite la queja presentada por un grupo de integrantes de la Plataforma Salvemos el Castañar de El Tiemblo, que solicitaba su intervención para que se tomen las medidas necesarias para compatibilizar el uso del espacio con su supervivencia como bosque y se detenga su deterioro.
Desde la plataforma valoran muy positivamente la admisión de su queja por parte del Defensor del Pueblo y afirman que se trata de un paso más en su intento de que las administraciones prioricen la supervivencia del castañar, camino en el que aseguran estar dispuestos a acudir a todas las instancias y organismos que sean necesarios tanto nacionales como europeos.
Ana Reviejo, portavoz de esta Plataforma Salvemos el Castañar de El Tiemblo, ha explicado que en el escrito presentado ante la institución exponían la situación en la que se encuentra el emblemático bosque. Y es que, pese a formar parte de la Reserva Natural del Valle Iruelas, ZEPA y Red Natura 2000, sufre desde hace ya más de una década una “gestión inexplicable para un entorno teóricamente protegido por parte de las administraciones responsables”.
En la queja presentada, los miembros de la plataforma Salvemos el Castañar de El Tiemblo dan cuenta de las acciones que desde marzo de 2017, momento en el que se creó la plataforma ciudadana, se han llevado a cabo frente a las administraciones responsables de la gestión del bosque, sin que hasta ahora haya habido respuesta alguna al respecto.
Mencionan en el texto las diversas reuniones y escritos presentados por la propia plataforma ante las administraciones solicitando actuaciones urgentes para preservar el espacio y haciéndoles llegar la propuesta de gestión que compatibilizara sus usos actuales con la realidad del bosque. También hacen alusión a las cartas remitidas y hechas públicas por distintos especialistas alertando de la situación de esta parte de la Reserva Natural del Valle Iruelas y abogando por un cambio de gestión.
“Que el Castañar siga siendo un bosque, que se pueda aprovechar su potencial educativo y como fuente de conocimiento, y a partir de ahí se articule un modelo de desarrollo para la zona como ocurre en otros lugares, es la única posibilidad admisible dada la singularidad del bosque”, afirman.