El veterinario Catalino Casillas ha puesto de manifiesto la importancia de la ganadería extensiva como una de las herramientas fundamentales en la prevención de los incendios por su interacción con el entorno. Se suma así al punto de vista expuesto por el que fuera Catedrático de la Facultad de Veterinaria de León, el Doctor Eduardo Zorita, en una lección impartida el 10 de mayo de 1994 en el Colegio Oficial de Veterinarios de Zamora y que llevaba por título ‘La utilización del territorio en la España Peninsular mediante sistemas pastorales de producción animal’. Zorita consideraba que todos los paisajes peninsulares eran fruto de la acción antrópica sobre el medio, usando tres instrumentos: el arado, el hacha y los animales domésticos.
Catalino Casillas ha recordado, por tanto, que la ganadería extensiva es la herramienta más efectiva de prevención de incendios, ya que controla la vegetación a tres alturas diferentes (arbórea, matorral y pasto). De esta manera, genera una discontinuidad del combustible, al variar la cantidad y estructura de material vegetal disponible, y dificulta la propagación de las llamas a través de la vegetación. El pastoreo desbroza el monte de forma natural, eliminando masa vegetal a coste nulo y creando un paisaje heterogéneo que impide la propagación de las llamas.
La gente que se dedica a la ganadería desarrolla una labor de un valor incalculable, ya que además de ayudar a prevenir incendios con el pastoreo, su presencia permite conservar infraestructuras vitales para la prevención y extinción de incendios. “En las últimas décadas se ha observado un declive de la ganadería extensiva, por lo que la mejora de su competitividad pasa por incrementar su eficiencia productiva y potenciar su papel como generadora de efectos positivos en el medio”, apunta.
También solicita medidas que fijen población, favorezcan el relevo generacional o la nueva incorporación de personal a nuestros pueblos. Y también el control del exceso de especies salvajes y señala que el lobo es incompatible con la ganadería extensiva y su proliferación genera daños irreparables a los ganaderos y un sufrimiento incalculable a los animales objeto de su depredación.