Esta mañana el alcalde de Mingorría, Juan Ignacio Sánchez Trujillano, ha querido hacer un llamamiento a la tranquilidad en Radio Adaja con motivo de la polémica que está suscitando el periodo de alegaciones municipales del centro de tratamiento de residuos cuyo permiso se tramitó por parte de la empresa Reciclaje medioambiental de Castilla y León S.L. (Remecal) con fecha de 11 de noviembre de 2014.
Desde el Ayuntamiento explican que se trata de un centro de tratamiento de residuos de obras y escombros y que en ningún caso será un depósito en el que se almacenen estos materiales. El alcalde de Mingorría, Juan Ignacio Sánchez, nos comentaba esta mañana que “simplemente consiste en un centro de recogida de residuos de construcción y demolición para que estos no se vayan echando por los caminos de los distintos pueblos, cuando llegase a la planta se cribaría para seleccionar los materiales y, cuando eso se ha hecho, se tritura y después se sacaría fuera de la planta”. Sánchez confía en la profesionalidad de la guardería de la Junta de Castilla y León, porque “son temas muy sensibles”, y añade que "se trata de una planta que en otros lugares no ha causado problemas, puesto que no deja de ser similar a la de San Juan de la Nava o Solosancho”.
Desde el Equipo de Gobierno municipal consideran que tienen que cumplir los trámites administrativos que estipula la administración regional, cumpliendo con los trámites y las fechas estipuladas que marca la Ley para estos casos. Hace dos días se abrió un plazo de presentación de alegaciones de veinte días, que estará disponible hasta el 13 de abril.
Algunos vecinos ya han presentado alegaciones al proyecto, puesto que consideran que podría afectar a la avifauna, ya que la zona está integrada en la Red Natura 2000, una zona protegida por la existencia de varias aves en peligro de extinción en el entorno. Otra de las alegaciones que presentan es que está a tan solo 400 metros del pueblo y podría afectar a los vecinos.
Desde el Equipo de Gobierno no van a presentar alegaciones porque los “informes emitidos son positivos” y porque la actividad “no es tan perjudicial como se hace ver”. No obstante, reconocen que, como cualquier actividad empresarial e industrial, podría suponer algún inconveniente, pero consideran que, en este caso, las ventajas superan los posibles perjuicios, como la contratación de dos personas para trabajar en el centro de tratamiento de residuos.