Coincidiendo con el aniversario del primer año de pandemia, el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Ávila ha hecho balance de estos doce meses en los cuales las farmacias comunitarias abulenses han permanecido abiertas ayudando a reforzar la capacidad del sistema sanitario en un año en el que han hecho 131.400 horas de guardia.
Inés Barco Martín, presidenta del Colegio de Farmacéuticos de Ávila, ha recordado que los farmacéuticos han garantizado la producción, distribución y dispensación de medicamentos, además de contribuir a dar apoyo a la población en las 132 farmacias existentes en la provincia.
Para ello, los farmacéuticos abulenses han generado herramientas y documentación para profesionales y pacientes que ha contribuido a frenar el avance de una pandemia en la que la farmacia ha sido el primer centro sanitario donde los ciudadanos han acudido a informarse.
“Otra de nuestras preocupaciones fue que el confinamiento no dejase a ningún paciente sin su medicamento y, para ello en colaboración con Cruz Roja o Protección Civil se llevaron los medicamentos a los domicilios de los más vulnerables”, apunta.
También se pusieron en marcha iniciativas como Mascarilla-19, destinada a prestar ayuda a víctimas de violencia de género o la colaboración con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de Estado en la detección de personas pertenecientes a colectivos vulnerables y personas mayores que han dejado de retirar su medicación habitual, señal de que podrían necesitar ayuda. Toda esta labor ha sido motivo de hasta 14 reconocimientos por el papel de los farmacéuticos durante la pandemia, entre los que destaca el Premio Princesa de Asturias.