El pasado 2 de mayo, la Guardia Civil acudió a una vivienda de Arévalo por un aviso de accidente doméstico. En el lugar, los servicios sanitarios atendieron a un hombre que, manipulando una especie de artefacto militar antiguo, provocó una explosión que pudo ser oída por varios vecinos. Los sanitarios pidieron a los agentes que les acompañasen al garaje de la vivienda a recoger varios dedos de la persona herida, ya que la explosión se los había arrancado y seguía habiendo artefactos en el lugar.
Confirmada la existencia de diverso material explosivo y ante la gravedad de la situación, se puso en conocimiento de los Técnicos Especialistas en Desactivación de Artefactos Explosivos de la Guardia Civil, con base en Valdemoro (Madrid), para que se encargaran de neutralizar, desactivar e intervenir todos los artefactos explosivos existentes.
Se comunicó la situación a la Autoridad Judicial, quién autorizó establecer el correspondiente perímetro de seguridad, el precinto de la vivienda, y el posterior desalojo de todos los vecinos colindantes al existir riesgo real para la seguridad ciudadana hasta la llegada de los especialistas de la Guardia Civil, quienes tras personarse, se hicieron cargo de controlar y retirar todo el material explosivo.
El accidentado que fue trasladado por el servicio aéreo de Emergencias 112, al Hospital Clínico de Salamanca, acumulaba también en su vivienda de Madrid gran cantidad de material como granadas municiones de artillería y de mortero que también han tenido que ser retirados por el Equipo de Desactivación de Explosivos de la Guardia Civil ante su potencial peligrosidad. Actualmente continúa la investigación para esclarecer el suceso y el origen del material, probablemente conseguido en lugares de batalla de la guerra civil.